El colapso de Silicon Valley Bank, el “banco de las startups”, ha provocado un terremoto financiero: qué esperar ahora

 

Terremoto financiero en la meca tecnológica. Y de una sismicidad tal que ya ha llevado a algunos analistas a remontarse a 2008, a la caída de Washington Mutual, para encontrar símiles. Silicon Valley Bank, uno de los mayores bancos de EEUU y más concretamente de Silicon Valley, ha colapsado. Su situación ha llegado a ser tan crítica que los reguladores han optado por cerrarlo y designar un organismo que se encargará de la administración y la devolución de fondos.

El alcance de la quiebra y la fuerza con la que se ha sentido entre las startups tecnológicas y los mercados globales empieza a concretarse poco a poco.

¿Qué es el Silicon Valley Bank (SVB)? Quizás su nombre no sea muy conocido entre el gran público, al menos a este lado del Atlántico, pero el SVB es (era) una pieza destacada en el esquema financiero estadounidense, especialmente entre las startups. Al cierre de 2022 sumaba cerca de 209.000 millones de dólares en activos totales y 175.400 millones en depósitos, datos que —detalla Reuters— lo convertían en el decimosexto prestamista más grande de EEUU.

El Silicon Valley Bank —subsidiaria del SVB Financial Group— jugaba un papel importante para las empresas de capital riesgo y la financiación de las startups, compañías emergentes que intentan abrirse camino en el sector tecnológico. Para entender su peso y, sobre todo, el arraigo en la industria llega con observar la tremenda “sismicidad” que ha generado su colapso en cuestión de horas.

¿Qué le ha pasado? Que, muy a su pesar, el viernes Silicon Valley Ban escribió uno de los capítulo más aciagos de la crónica financiera estadounidense reciente: protagonizó la mayor quiebra bancaria desde la crisis de 2008. Y como a grandes tamaños, grandes caídas, el episodio ha sacudido los mercados a escala global y varado miles de millones de dólares de empresas e inversores, con las posibles consecuencias que eso puede acarrear a su vez en el pago de nóminas.

En un escenario marcado por el aumento de las tasas de interés de la FED y el agotamiento de la financiación de capital riesgo, SVB se topó con que los depósitos caían más rápido de lo previsto. En un intento por recaudar capital y compensar la fuga, el miércoles la entidad vendió una cartera de bonos de 21.000 millones de dólares —sobre todo bonos del Tesoro— y anunció otra operación de unos 2.250 millones en acciones. El objetivo: llenar su agujero de financiación. El banco californiano acabó perdiendo sin embargo cerca de 1.800 millones.

Entre pérdidas de valor y reguladores. A algunos inversores el anuncio —confiesa un capitalista de riesgo a la CNBC— les recordó lo ocurrido con Lehman Brothers. “Por desgracia repitieron viejos errores y cualquiera que haya vivido ese episodio dijo: ‘Oye, quizás no estén bien; ya nos lo dijeron la última vez'”. A pesar de los intentos del SVB por calmar los ánimos, la entidad afrontó una alarmante pérdida de valor: el jueves sus acciones se precipitaron alrededor de un 60% y, al temerse otra sangría similar, el Nasdaq suspendió su cotización el viernes.

El siguiente capítulo de la crónica del SVB lo escribió la Corporación Federal de Seguros de Depósito (FDIC), que ayer emitió un comunicado anunciando que el Departamento de Innovación y Protección Financiera de California había cerrado el banco. Su síndico será la propia FDIC, que ya ha movido ficha para proteger los depósitos asegurados. Quienes estén cubiertos podrán acceder a sus fondos a más tardar el 13 de marzo por la mañana. Los que no lo estén cobrarán un anticipo la próxima semana y recibirán un certificado oficial por la cantidad restante.

Y ahora… ¿Qué podemos esperar? Reuters asegura que el 89% de los 175.000 millones de dólares en depósitos del banco no estaban asegurados al cierre del año pasado y que la FDIC busca otra entidad dispuesta a fusionarse con el banco para salvaguardar los fondos. De momento —precisa la agencia de noticias— no hay ningún garantías de pacto. La matriz de la entidad estaría moviéndose además para encontrar compradores para otros activos, como el SVB Securities.

Donde ya se deja sentir el efecto de la quiebra es en la banca. Las bolsas se han teñido de rojo, lastradas por un miedo y nerviosismo que ha pesado en las acciones de grandes bancos y deja botando la pregunta de cómo evolucionará el escenario o si hay un riesgo sistémico. “Podría haber un baño de sangre la próxima semana ya que los vendedores en corto están ahí fuera y van a atacar a todos y cada uno de los bancos, sobre todo a los más pequeños”, comentan a Reuters en Whalen G. A.

Algunos casos concretos. Pese a que hace unas horas del colapso y el movimiento de ficha del FDIC, el episodio del SVB deja ya unos cuantos casos interesantes y que, sobre todo, dan una idea del alcance del banco. Según Variety, la empresa de streaming Roku tendría en la entidad financiera casi 500 millones de dólares, lo que equivaldría a alrededor de una cuarta parte de su efectivo. La compañía no sabe cuánto podrá recuperar. En las últimas horas Garry Tan, dejaba otra pincelada en su perfil de Twitter: “El 30% de las empresas de YC expuestas a través de SVB no pueden hacer frente a las nóminas en los próximos 30 días”.

No es un caso único. No. Bloomberg se hacía eco ayer de cómo hay ya fundadores de startups que empiezan a preocuparse por si podrán abonar sus nóminas tras la quiebra. En el peor de los escenarios, hay empresarios que temen que “decenas de miles de personas” no puedan recibir su pago la próxima semana.

Otra de las startup consultadas por el medio económico y que operaba con SVB optó por descartar sus planes de despido porque, sencillamente, ya no dispone de capital para hacer frente a las indemnizaciones. Las hay que valorarían despidos o suspensiones. El exsecretario del Tesoro, Larry Summers, ya ha advertido de “consecuencias sustanciales para Silicon Valley y la economía del sector”.

 

Las aguas bajan agitadas. Muy agitadas. La de SVB no es la única mala noticia financiera del sector tecnológico que deja la semana. Hace días Silvergate anunciaba su cierre voluntario al no haber logrado superar el mazazo que supuso la caída de FTX. La entidad se había lanzado a finales de los años 80, centrada en los préstamos, pero hace una década empezó a experimentar un cambio radical gracias a las criptomonedas. En 2021 su valor de mercado llegó a rozar los 6.000 millones de dólares y sumaba 11.900 millones en activos digitales depositados.

Sus acciones se habían desplomado 97% desde que alcanzaron sus máximos niveles, hace dos años. Para cumplir con las retiradas de fondos en 2022 la entidad tuvo que asumir unas pérdidas de casi mil millones. “Como banco elegido para las criptomonedas, el fracaso de Silvergate Bank es decepcionante, pero predecible”, reflexionaba hace poco la senadora Elizabeth Warren. Ayer el bitcoin se situaba bajo la barrera de los 20.000 dólares por primera vez en dos meses.

Fuente: www.xataka.com