LineageOS: un Android más abierto que da más poder al usuario
Nunca he sido un gran entusiasta de los smartphones, cosa que muchas veces choca a las personas de mi entorno debido a mi gran pasión por el PC (sobre todo por el software). Por eso posiblemente sigo usando en diciembre de 2017 un Moto G de primera generación y soy muy reacio a invertir dinero en un nuevo dispositivo, por lo que hago todo lo posible para que siga funcionando.
El Moto G de primera generación fue posiblemente el smartphone con mejor relación calidad-precio, aunque de eso hace ya cuatro años. Durante los primeros meses la experiencia fue bastante buena, con un Android bastante limpio que se veía además razonablemente optimizado en su versión KitKat. Esa combinación de factores convirtieron al Moto G en una buena compra y en un dispositivo ideal para todo aquel que solo quisiera hacer llamadas y enviar mensajes. Nada pretencioso.
Sin embargo, todo cambió cuando Android Lollipop aterrizó a modo de actualización OTA. Aquella versión del sistema operativo de Google tenía problemas de fugas de memoria que terminaban siendo realmente molestos, tanto, que muchas veces hacían que el smartphone fuese imposible de utilizar. Por eso, con bastante retraso (por lo que me convenía), decidí hace dos meses instalar LineageOS, la ROM de Android heredera de CyanogenMod.
LineageOS se basa en AOSP y se distribuye principalmente bajo Licencia Apache 2.0, que hereda del proyecto original. Pero a mi no importaba tanto el hecho de que fuera Open Source como dos aspectos que estaba acusando cada vez más. Primero, los problemas de rendimiento que siempre he experimentado en Lollipop. Segundo, no poder recibir actualizaciones a nivel de seguridad para un sistema que cada vez se muestra más acosado por el malware y la explotación de vulnerabilidades.
La imagen de LineageOS para el Moto G de primera generación fue introducida utilizando adb y fastboot desde Ubuntu 17.10. La cosa costó más de lo esperado por mi falta de experiencia realizando este proceso, aunque al final conseguí introducir el sistema con éxito y di el salto a Android 7.1.2 (Nougat), quedándome cerca del lanzamiento más reciente de este sistema operativo, Oreo. Eso sí, tras eso tocó instalar parte del stack de Google para poder acceder a la Play Store y así obtener las aplicaciones de la misma forma en que siempre lo había hecho.
¿Que ha aportado LineageOS frente a Android Lollipop? Lo primero que notamos fue una fluidez muy superior. Sí, parecía que los problemas de rendimiento se habían ido en buena medida, aunque con un terminal tan viejo tampoco era de esperarse la optimización y fluidez de un iPhone. Segundo, vimos que el sistema se actualiza con frecuencia, cosa que nos tranquiliza mucho en términos de seguridad. Tercero, nos encontramos con un sistema un poco más abierto que nos permite tener solo las aplicaciones que nos interesan, sin tener que cargar con cosas innecesarias como Gmail y Chrome. Y por último, nos sorprendió ver que la calidad de las fotografías había subido un poco frente a Lollipop (o eso percibo).
Mi escaso entusiasmo por los smartphones viene sobre todo por la poca libertad que ofrecen comparada con la de un PC, sin duda la característica que más aprecio tanto de los compatibles como de GNU/Linux. Por su parte, LineageOS ofrece un poco de esa libertad que tanto apreciamos, por lo que a partir de ahora procuraremos comprar solo terminales que sean compatibles con esta ROM de Android, ya que pasada la garantía podré tener más libertad, más seguridad y más poder sobre el smartphone.
LineageOS es una excelente alternativa para aquellos que no quieran renovar su smartphone al ritmo que dicten los fabricantes y busquen tener algo más de control y poder sobre el dispositivo. Además, está razonablemente optimizado, por lo que se puede recomendar su instalación incluso en dispositivos antiguos y modestos en caso de tener compatibilidad de forma oficial.
Fuente: www.muylinux.com